¿os acordáis de cuando íbamos al cole y llovía y nuestras mamás nos ponían esas botas de plástico llamadas catiuscas que evitaban que se te mojaran los pies?
Era fantástico ponértelas y poder meterte en los charcos casi hasta las rodillas, porque el agua no se filtraba dentro de los pies.
Pero, ¿qué pasaba cuando llegabas a casa y te quitabas las botas? pues que al haber estado todo el día corriendo de acá para allá y con los pies metidos en las botas de plástico que no transpiraban nada, cuando te quitabas los calcetines tenías los deditos todos arrugados, como si hubieras estado dos horas dentro de la bañera... pero lo peor de lo peor, era el olor que desprendía esa pequeña parte de tu cuerpo.... esos pinrelillos arrugaditos desprendían el peor de los hedores...porque no era el olor al que estamos acostumbrados, tenía un puntito ácido, de esos que se mete en la nariz y no te deja oler otra cosa.
Y vosotros os estaréis preguntando que ¿a dónde quiere llegar esta? pues muy sencillo, hoy cuando he cogido el tren, en las Zorreras o en Villalba se ha subido un ser (por no llamarle algo peor) que olía a pie de bota catiusca.... y yo me pregunto: ¿cómo es posible? ¿qué ha hecho este hombre para oler tan mal? ¿se ha metido en un calcetín y después en un plástico y se ha metido en remojo mientras hacía flexiones para sudar?.
Increíble pero cierto.... en fin... ¡FELIZ FIN DE SEMANA!
viernes, 22 de febrero de 2008
Catiuscas
Etiquetas: historias
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1 comentario:
1. malva, con la descripcion que haces de la infancia,pareces una mami actual...miedo me estas dando, pinrelitos arrugaditos...
2. las hunter fueron lo mas el año pasado, pero por las pintas de barrendero y el elevado precio de las mismas, se quedaron muy bonicas en el escaparate de yube.
el punto 1 me ha dejado pensativa... tus sobris? la nostalgia? eso espero...
bess fotomodelo!
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